A veces no queda más remedio que levantar acta de defunción. O, cuando menos, de ausencia, como es el caso que nos ocupa. El trío The Man with a Hyena lo formaron en Barcelona el saxofonista Tom Chant, el contrabajista Javier García y el baterista Dani Domínguez. Sus miembros se conocieron militando en la Banda de Improvisadores de Barcelona (BIB). Funcionaron, si se puede decir así, durante unos dos años, 2010 y 2011. Y digo si se puede decir así porque la suya fue una actividad muy diseminada en el tiempo. En esos casi dos años, sólo hicieron unos cuantos ensayos y tres actuaciones (todas en Barcelona). Una, la primera, en el Heliogàbal y dentro del ciclo "Músiques disperses", en abril de 2010. La segunda, en el siguiente LEM, en octubre de ese mismo año. Y la tercera y última, ya a principios de 2011, en la sala Robadors 23.
Poca actividad para un trío que tenía un directo explosivo. Aún recuerdo el concierto en Heliogàbal. Una descarga de más una hora seguida que nos dejó clavados en el sitio a los que allí estábamos. Esa actuación fue una perfecta muestra de sus principales rasgos. A saber, su apuesta por el lado más salvaje del free, y la potencia de la resultante de una combinación de músicos muy distintos entre sí a todos los niveles, pero unidos y comprometidos en un proyecto que seguramente les permitía reducir un importante resto de agresividad.
Tres maneras de hacer y tocar, como hemos dicho, muy distintas pero que en este proyecto se complementaban y se potenciaban la unas a las otras. Esto se pudo comprobar en esa segunda actuación que ofrecieron en el 15º LEM. Un concierto más trenzado, no tan impetuoso ni de política de tierra quemada como había sido el anterior (que, con sus imperfecciones, insisto, fue inolvidable.) Javier García ha colgado el audio completo en soundcloud, para quien quiera escucharlo.
Y llegamos por fin a la que fue su despedida del público, el concierto que ofrecieron a principios de 2011 en la sala Robadors 23. Esta vez, ese concierto lo ha editado el netlabel Discordian Records, de El Pricto, que con esta edición parece confirmar que tambén está por recuperar algunas piezas perdidas del más reciente pasado musical de la ciudad (en cuanto a impro, free, y esas cosas). Además, según Javier y Tom, es la mejor grabación de las tres, tanto por la calidad en sí del audio como por lo que ellos hicieron. No pude asistir ese día, pero oyendo la grabación tal vez haya que darles la razón (presten atención al tercer corte, "God's Time is the Best"). Pueden oírlo entero en streaming o descargarlo, previo pago de 5 euros, en el bandcamp de Discordian: Live at Robadors 23.
Entre los aficionados y críticos de jazz, hay una tendencia que yo llamo la de los "nominalistas". Son gente preocupada en disquisiciones bizantinas. Gente, seguramente, con mucho tiempo libre. Bien, según muchos de ellos, lo que hacían The Man with a Hyena no sería jazz bajo ningún concepto. Ni siquiera el free jazz es jazz. A mí todo eso me importa un pimiento. En todo caso, que lo discutan con Coltrane, Coleman o Shepp. Yo tengo cosas más importantes que hacer, como verme unos documentales de Chantal Akerman que tengo pendientes, o acabar de leer El día del Watusi.
Pero, siguiendo con la Hyena, no sé si algún día volverán a tocar juntos. El proyecto, según tengo entendido, no es que esté cerrado, pero hoy parece que no tiene visos de continuidad. O, al menos, las circunstancias, dos de ellos ya no residen en Barcelona, no permiten pensar en una próxima reunión (por el momento, insisto.) De cualquier forma, aquí tienen este pequeño legado suyo. Creo que lo único que pretendían era pasarlo bien y, en la medida de lo posible, hacerlo pasar bien a los que fuimos a verlos alguna vez. No se las daban de nada, y eso, señores míos, se agradece. Yo, particularmente, lo pasé bien con ellos. A más ver.
lo de tocar cuatro veces y tan espaciadas en el tiempo que... no hya que tuirarse de los cuatropelos de la barba (creo) es que es lo que hay. y lo que hay es circuito escaso, aficion justita, posibles pocos,.... una pena porque estas cosas abonadas son como los tomates en el huerto que te da gusto verlos (feliz tu que los viste en la mata)
ResponderEliminarsí, estoy de acuerdo contigo, es lo que hay, y no hay que hacer aspavientos por ello. de todos modos, pienso que está bien decirlo, sin otro ánimo que el de dejar constancia y evitando el lamento y todo eso.
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