sábado, 1 de septiembre de 2012

Lost in L.A., de Bobby Bradford and the Mo'tet


Estos últimos días he escuchado mucho una vieja grabación del trompetista Bobby Bradford con su formación The Mo'tet. Se trata del disco Lost in L.A., que fue grabado en 1983 en Los Angeles y publicado al año siguiente por el sello italiano Soul Note.
La formación era: Bobby Bradford, corneta; James Kousakis, saxo alto; Roberto Miguel Miranda, contrabajo (en el canal derecho); Mark Dresser, contrabajo (en el izquierdo); y Sherman Ferguson, batería.


Vamos a escuchar un tema largo, "Ornate". Un tema lleno de recovecos, ideas y muchas variaciones. Un tema fuerte y de gran riqueza. Uno de esos grandes temas que sabían confeccionar los viejos maestros del primer free bop, con toda la fragancia de aquel género (si así me permiten decirlo). Pero, oigamoslo...

Ornate by Bobby Bradford And The Mo'tet on Grooveshark

Un tema excitante, que nos pasea por distintos estados de ánimo y voluntades: lo reflexivo, lo vacilón (o, tal vez, mejor decir gracioso, con un influjo de fondo de Sonny Rollins), lo especulativo. Con ese toque tan melodioso y bien cincelado de Bradford (elegante). El más penetrante y chillón de Kousakis (impetuoso). El doble bajo, clara herencia colemaniana (el título del tema ya paga), con Miranda siempre pulsando y Dresser o pulsando o con el arco (creando más de un centro de gravedad). Más el punch y buen amarre de las baquetas de Ferguson (tremendamente comunicativo). Buen free jazz desde una ciudad que nunca ha tenido fama de albergar una escena de este género, pero en la que siempre ha existido un importante sustrato de él (de esa escena han formado parte Horace Tapscott o Arthur Blythe, y más tarde, Vinny Golia o Nels Cline).

Lost in L.A., "perdido en Los Angeles", se llama el disco, título que no puede ser más apropiado. Bobby Bradford es uno de esos nombres que quedan relegados a un injusto segundo plano (si es que hay algún plano justo). No tuvo la suerte de estar en el lugar justo en el momento adecuado (o como coño se diga). Pero, el hecho de que no luciera tanto como otros de su cuerda y/o generación no quiere decir que estemos ante un don nadie.

Bobby Bradford nació en 1934 en Cleveland. En su adolescencia, su familia se trasladó a Texas, donde poco después trabaría amistad con unos entonces también jóvenes y prometedores jazzmen: Ornette Coleman y Charles Moffett. En 1953 se traslada a Los Angeles, ciudad en la que volverá a reunirse con sus viejos conocidos de Texas que ya llevaban instalados un tiempo en California. Él será el trompetista de las primeras formaciones de Coleman hasta que es reclutado por el ejército. No llegará a realizar ninguna grabación con ellos y será suistituído por Don Cherry y... el resto es historia. Hay que decir que a principios de los 60 volvió a formar parte del cuarteto de Coleman, aunque tampoco quedó ningún registro sonoro de ese segundo período.

A mediados de los 60, Coleman presenta a Bradford a otro texano que corre por Los Angeles, el saxofonista y clarinetista John Carter. Carter y Bradford formarán entonces uno de los grupos más estimulantes, originales y rigurosos (al menos para mí) de esos años: el New Art Jazz Ensemble. En 1969 aparece el disco Seeking en el sello angelino Revelation. Un disco equilibrado, profundo y potente en cada uno de los aspectos que va perfilando, y lleno de ideas, de buenas ideas. Una música que se inscribe en el free jazz de aquellos años, pero marcando unas diferencias muy claras respecto de otros centros de producción: menos literario e histriónico que el neoyorquino, y no tan comprometido con su historia y autoconsciente como el de Chicago. Su vía era netamente más estética, más abstracta tal vez, y en cualquier caso no tan dolorosa ni incendiaria. Una modulación absolutamente personal y heterodoxa de una corriente que ya de por sí era heterodoxa y arriesgada. Esto, de rebote, permitía que en su particular modo de entender el free cupieran remansos de belleza casi insólitos. A continuación llegarían otras tres entregas discográficas, ya bajo el nombre de John Carter & Bobby Bradford Quartet: Flight for Four (Flying Dutchman, 1969), Self Determination Music (Flying Dutchman, 1970) y Secrets (Revelation, 1972); todos ellos consecuentes con aquella "búsqueda" inicial. Los dos trabajos de Revelation, más un par de sesiones inéditas, fueron reunidos en el volumen 36 de Mosaic Select, John Carter & Bobby Bradford. (Imprescindible.)


Carter y Bradford siguieron colaborando juntos puntualmente una vez disuelto su cuarteto y hasta que no se produjo la muerte del primero, en 1991. En todos estos años, Bradford se ha dedicado a la docencia y ha continuado trabajando en sus proyectos cuando ha podido (o cuando le han dejado), eso sí, siempre fiel a su ideario y modo de entender la música, en general, y el jazz, en particular. Uno de esos love's labour's lost es este Mo'tet, proyecto que desde los años 80 le ha servido para ir dando salida a sus inquietudes y por el que, durante todo este tiempo, han pasado músicos de la calidad de los ya mencionados Dresser y Golia, o el exquisito saxofonista Marty Ehrlich.
Pero, no sigamos con el rollazo biográfico, y en todo caso les pongo unos enlaces más abajo a unos artículos en los que se explica todo esto mucho mejor de lo que yo pueda hacerlo. Tan solo decir que últimamente Bradford vuelve a estar en activo, tocando y grabando con gente como su viejo colaborador Dresser o con los más jóvenes (y europeos) Paal Nilssen-Love, Frode Gjerstad e Ingebrigt Haker Flaten, lo que es de celebrar y agradecer.

Bobby Bradford ha sido uno de esos hombres que ha entendido su arte y su práctica de un modo transversal, integral y ecuanime. Él, como su mismo partenaire Carter, o como Charles Tyler, Byard Lancaster, Norman Howard y tantos y tantos otros, merecen mucho más reconocimiento del que han obtenido. Es muy fácil quedarse con los "grandes nombres". Son una garantía, una apuesta segura. Es muy fácil y muy cómodo, y también muy conformista. Pero el jazz sería como la planta de un palmípedo: esos dedos, esos troncos, no tienen por qué ser más importantes que la membrana interdigital. Frente a la "verdad" y la "rutina" de un canon, nada mejor que las preguntas y el desorden.

Finalmente, aquí tienen ese par de enlaces. El primero, a un bonito texto escrito en 2009 por el flautista James Newton sobre Bradford. Y el segundo, a un artículo de 2003 de la periodista Michelle Mercer en que se repasan algunos momentos de loa trayectoria del trompetista.

Bobby Bradford @ 75, an Appreciation by James Newton.

Bobby Bradford. Practicality, Responsibility & Creativity, Jazz West, de Michelle Mercer.

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