viernes, 26 de octubre de 2012

Concert d'orgue a Santa Maria de Gràcia, BCN, 25-X-2012



Me hizo especial ilusión el concierto de ayer noche, ya que me permitía ver y oír por pirmera vez a Montserrat Torrent en riguroso directo. La señora Torrent es la gran dama del órgano. Nacida en Barcelona en 1926, es una concertista de prestigio mundial, maestra de varias generaciones de organistas, y pionera en la recuperación, allá por los años 60, del repertorio ibérico para órgano de los s. XVI a XVIII. Para decirlo de una forma llana, un concierto de ella, en el campo del órgano, sería como uno de cualquiera de los grandes concertistas de piano o violín que pululan por ahí (lo que pone de manifiesto el desconocimiento y falta de interés general que hay sobre el mundo orgánico).
Hoy se ha brindado a tocar en la parroquia de Santa Maria de Gracia, en el segundo de los conciertos de la décima edición de los "Concerts d'orgue a Santa Maria de Gràcia", de los que ya hablamos a cuenta del primero de los conciertos el pasado mes de agosto.
No es casual ni gratuito que la señora Torrent toque en Santa Maria de Gràcia, pues ella contribuyó activamente con el organero holandés G.A.C. de Graaf en la construcción de este órgano y lo inauguró en febrero de 1974, además de haber tocado y practicado en él infinidad de veces.

Como pueden ver en el programa que he puesto aquí arriba, la señora Torrent planteó su concierto como un somero viaje cronológico a través de las distintas estéticas organísticas. El primer barroco estuvo representado por una pieza de Joan Cabanilles y otra de Alessandro Scarlatti. No obstante, dos formas sensiblemente distintas de afrontar esta estética. Más recogida, parca, y hasta cierto punto, solemne, la del valenciano (como buen representante del órgano ibérico). Mientras que por parte del italiano Alessandro Scarlatti, un poco posterior, encontramos unas maneras un poco más luminosas, con un mayor juego de colores (en una pieza, no obstante, que lleva por título "Partite sulla Folia di Spagna").

El siguiente autor era, inevitablemente, Bach. Con él todo adquiere una complejidad y una riqueza muy importantes, no sólo musicalmente, sino en lo que respecta a la propia técnica del órgano. Genial improvisador y excelente organista, su música forzará a los organeros a aumentar el número de notas del teclado de pedal, enriqueciendo grandemente a partir de entonces las posibilidades expresivas del órgano. En esta "Fantasia" pudo apreciarse la amplitud de recursos que ya entran en juego, tanto por lo que respecta al empleo de registros como al uso más activo del pedalero, con el bajo continuo.

El romanticismo estuvo repersentado por una pieza de Mendelssohn de notable dificultad, la "Sonata nº 2 en do menor". Para su ejecución, la concertista necesitó de asistente para manejar los cambios de registros. El órgano romántico trajo una óptica más orquestal, en sintonía con los cambios musicales que se estaban experimentando en la primera mitad del siglo XIX, y por tanto una búsqueda de sonoridades nuevas. Se prescindirá de algunos juegos típicos del barroco, mientras que aparecerán otros específicos de este período. De ahí la dificultad de hallar un instrumento en el que puedan interpretarse indistintamente piezas barrocas y románticas. En este sentido, la selección de la concertista también sirvió para poner de manifiesto la ductilidad de este especial órgano "neobarroco" de Santa Maria de Gràcia.

Y, finalmente, llegábamos al siglo XX con dos piezas de dos autores muy distintos entre sí. En primer lugar, el "Obstinat" del catalán Xavier Montsalvatge, pieza de estética muy moderna y tocada de un lirismo quasi minimalista. Por su parte, el francés Maurice Duruflé representaba una tendencia muy distinta aunque también netamente del XX. Este compositor y organista forma parte de esa gran tradición organística francesa que arranca a finales del XIX y llega, bien bien, hasta el tercer cuarto del XX, y de la que fomarían parte nombres como Charles Tournemire, Charles-Marie Widor, Marcel Dupré, Jehan Alain, o el mismo Olivier Messiaen (todo y ser éste un caso aparte en todos los sentidos). El "Preludio y fuga sobre el nombre de Alain" es una pieza exuberante, en el sentido de muy integral y completa tanto técnica como artísticamente, y como suele ser habitual en las obras de esta escuela, se explota al máximo los recursos expresivos que puede ofrecer el órgano.

Una vez conluido el programa, y tras una gran ovación, la señora Torrent regalaba un 'bis' a los asistentes interpretando un "Tiento" del castellano Antonio de Cabezón, uno de los maestros del órgano ibérico que ella tan bien conoce. De este modo, se cerraba el círculo que se había iniciado con Cabanilles.

Toda una lección de historia del órgano impartida por la señora Torrent, al tiempo que una buena muestra de las posibilidades del magnífico órgano De Graaf, que en breve cumplirá su 40ª aniversario.

Para acabar, voy a poner de nuevo la registración de este magnífico instrumento, y a recordarles que el tercer y último concierto de los "Concerts d'orgue a Santa Maria de Gràcia" tendrá lugar el próximo día 22 de noviembre, festividad de Santa Cecilia, y correrá a cargo del organista vasco Ignacio Echevarrieta.


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