16 de junio de 2011 (dos días después de que la 'indignación' se extendiera. ¿Hacia dónde? Eso dependerá de a quién pregunten). (Pertinentemente, Cirera anunciaba por mail este bolo mencionando, en catalán, las palabras "picaran i bufaran" -el Duot, se entiende).
Duot, que forman Ramon Prats, a la batería, y Albert Cirera, al tenor y soprano, se despedían de la presente temporada en el Robadors 23, donde han sido "voluntarios" residentes todos los jueves a las 7 de la tarde durante, prácticamente, todo el presente curso. Una labor que, sí se piensa detenidamente, ha sido bestial. Piensen: cada jueves, antes del concierto programado para esa velada, ellos improvisaban entre 40 y 50 minutos, simplemente porque creen en lo que hacen. De vez en cuando, una vez al mes o así, invitaban a algún otro músico a unirse a ellos. Han sido varios, y buenos. Ahora mismo sólo recuerdo a tres: Dani Pérez, Marc Egea, Agustí Fernández.
Ha sido una gran despedida (de la temporada). Así que no tenemos mucho que añadir, puesto que ahí están los clips (sobre todo con su audio, ya saben).
Decir que no hemos podido grabar ninguno de los pasajes lentos, especialmente la segunda de las tres improvisaciones, pues había un ventilador escapado -tal vez- del Sònar.
Y decimos una pena porque ha estado muy bien. Hemos podido apreciar en ella el aliento lírico que Cirera tiene cuando le da al tenor, inclusive cuando lo hace en contextos extremos, como este Duot.
Y también porque en esos tiempos más pausados, puede verse hasta que punto se entienden Ramon y Albert.
Me han gustado mucho ambos. Incluso más que otras veces.
La sensación de asistir al crecimiento de unos músicos, de ver como van probando y haciendo cosas novedosas y diferentes en el contexto de unas formas musicales difíciles pero que nos interesan mucho, es algo muy estimulante.
Ya hemos mencionado ese, por decirlo de alguna forma, aliento lírico que alberga Cirera cuando toca el saxo tenor.
Con el saxo soprano, sin embargo, se muestra más inflexible y rudo, acerado. Lo cual es muy bueno, pues hay cosas en la música y en la vida que pueden ser vistas desde ahí.
Entraña, además, que se puede hablar de más de una manera.
Prats tiene ese estilo en el que todo queda siempre en suspensión.
Sugiere una especie de policentrismo, en el sentido de que jamás está pegado a un beat pero nunca lo pierde; al tiempo de que esa fluctuación constante, esa maleabilidad, le permite dar esa impresión de que se está apoyando en algún punto, o puntos.
A su manera, también es de esos percusionistas que quiméricamente persiguen ser melodiosos, cantabiles.
Podríamos hablar en términos musicales, estilísticos. Echar mano de la historia. Hay referencias. Recordar antepasados ilustres: Coltrane/Ali, Braxton/Roach... o más recientemente, Vandermark/Nilssen-Love.
Últimamente hemos hecho muchas entradas con este tipo de dúo saxo/batería. Y no porque queramos nosotros.
Por ejemplo, porque en Barcelona ahora mismo se están dando con frecuencia y calidad. Además del Duot, tenemos Alfonsina y el mal (Alfonso Muñoz/Vasco Trilla) o Agustí Martínez & Quicu Samsó.
También, porque nos visitan de otros lugares. El más reciente, el dúo francés Agafia.
Uno puede ver la variedad y disparidad absoluta que hay entre ellos. Por tanto, uno puede entender hasta que punto es creativo este formato.
Al dúo saxo/batería lo podemos ver como el cociente del cuarteto sin piano (o similares).
Es esencia.
Pero casi que preferimos destacar, de entre lo que nos ha ofrecido esta tarde el Duot, algo más común y humano. Relacionado con la comunicación. No sabemos muy bien cómo definirlo. ¿Compenetración? ¿Sintonía? ¿Comprensión? ¿Sincronía? ¿Entendimiento? ¿Telepatía? ¿Serendipia?
No sabemos bien cómo decirlo, pero sabemos a qué nos referimos: la capacidad de interpretar, o al menos de intuir, qué está pensando/haciendo el otro. (Lo que se está fraguando dentro del otro comprendido en una porción de tiempo fugaz, inaprensible, atómica).
Y de hacerlo ¡cuidado! sobre un tipo de improvisación que no se levanta sobre patrón estilístico o genérico alguno.
Sin duda, todos estos "jueves" en Robadors 23 han sido una valiosa experiencia para ellos.
Cuando le hemos preguntado por el balance de toda esta temporada, de esta regularidad, Ramon ha hecho un gesto con la cabeza muy fácil de interpretar: Inmenso.
El balance ha sido inmenso, pues.
Para ir terminando, su música, el resultado de lo que hacen en uno de sus encuentros.
Tiene una gran plástica. Crece, evoluciona o contrae con naturalidad. Con mucha naturalidad.
La música en sí, lo que suena, el tipo de cosa que es, siempre me sugiere algo muy espiritual.
Es algo, lo admito, totalmente subjetivo.
"La belleza es una cosa rara", que decía el bardo.
Nos han contado que ya han grabado suficiente material en estudio para editar algo. Ahora están en el proceso de selección, así que después del verano, seguramente, tendremos un segundo disco del Duot.
También nos han dicho que se llevan otra grabación entre manos, esta vez con Agustí Fernández.
Ahí va lo que hemos grabado. Dos fragmentos de la primera improvisación más toda la tercera.
Hoy nos sentíamos generosos y hemos querido hacer un regalo a nuestro público.
De nada.
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