Los doldrums (algo así como "inactividad") es el término inglés con el que se denominan las calmas ecuatoriales que se producen en la Zona de Convergencia Intertropical, aproximadamente entre los 5º N y los 5º S alrededor del Ecuador (los franceses las llaman "le pot au noir"). Esta zona que circunda la Tierra a la altura del Ecuador se caracteriza por converger en ella los vientos alisios provenientes del norte y el sur de dicha latitud. La consecuencia principal de todo ello es una gran actividad tormentosa, dándose en algunos lugares de la región un volumen de precipitaciones espectacular. Sobre el océano y en determinadas circunstancias tiene otra peculiaridad, que es la de producir asfixiantes calmas chichas que desde siempre han atemorizado a los navegantes. Esos doldrums. Un fenómeno de parecidas características se da alrededor de los dos Trópicos, y se conoce como Horse Latitudes.
Hace unos meses llegó a mis manos Primal Mind, un recomendable disco del guitarrista Raoul Björkenheim en el que era editado por primera vez un concierto que tuvo lugar en Helsinki el 10 de mayo de 1991 con motivo del estreno del ciclo de piezas titulado "Primal Mind", del propio Björkenheim. A Björkenheim le acompañaron su grupo de entonces, Krakatau, más una orquesta, la UMO. En ese disco hay una sección estupenda llamada "The Doldrums". En las notas de la edición, Björkenheim la explica así:
"Para Primal Mind buscaba hacer sonar de manera diferente a la sección de ritmo, así que evité el sonido del piano tocando acordes de jazz suntuoso y usé dos contrabajos, lo que se aprecia especialmente en "The Doldrums". Doldrums es el término que emplean los marineros para referirse en alta mar a los períodos en que no hay viento, en los que los barcos navegan con mucha dificultad. Encontré la idea para el acompañamiento de bajo en una cinta de ensayos, lo que me hizo pensar en un dúo de contrabajos rodeados de oscuridad, en ellingtonianos y apagados acordes de metal y en los vientos-madera proveyendo los detalles melódicos. En buena parte fue esta sección la que me hizo decidirme por usar dos bajos en todo el resto. Pienso que el modo es muy apropiado. Para mí es un ejemplo de música que tiene poder e intensidad sin tener que ser fuerte ni rápida."
Cuando escuché por primera vez este tema recordé el incio de la actuación que la Banda de Improvisadores de Barcelona ofreció en el 14º LEM, el mes de octubre de 2009. Entonces, ese inicio conllevó las siguientes palabras:
"Un momento, en el despertar de la actuación. Una sensación de crujir de madera producida por las cuerdas, dispuestas a lo ancho del escenario. Basculando de un lado a otro, y al centro y desde él, produciendo un efecto de vaivén, de mortificante zozobra. No era una copia, era la representación de una de esas calmas chichas pavorosas, en las que mar y aire se conjuran para varar los barcos irremisiblemente, hasta la asfixia. Como la que sufría el joven e inexperto capitán de La línea de sombra; o como ese otro “instante difícil”, antes de arrojar por la borda a los animales para desprenderse de lastre, que declamaba Jim Morrison en “Horse Latitudes”, y tras lo cual la tripulación enloquecía ante la furia provocada por el sacrificio. Y ahí, en una de sus estrofas más herméticas y oscuras, el “chamán” decía “La verdadera navegación ha muerto”. ¿Alguien se acuerda de cómo Fellini hacía los mares nocturnos con plástico negro convenientemente iluminado y agitado (en Amarcord, El Casanova, Y la nave va)? ¡Qué contraste con este presente en el que todo se da mascado, está estandarizado, y debe presentarse en los debidos patrones!"
La verdad es que hace mucho tiempo de ese concierto. No recuerdo la música, sólo retengo estas palabras de aquella noche. Son palabras bonitas, si quieren, pero que nos dicen más bien poco sobre la música que entonces se interpretó. Estaría bien que alguien nos suministrará una copia de la grabación y así poder enfrentarnos de nuevo con esa figurada calma mortal.
Esa línea de sombra que atraviesa el joven capitán Giles en el libro de Conrad también tiene que ver con los doldrums:
"Después de la puesta de sol, volví a subir al puente. Sólo encontré en él vacío y silencio. La delgada y uniforme corteza de la costa permanecía invisible. Las tinieblas se habían levantado en torno del barco, como surgidas misteriosamente de aquellas aguas mudas y solitarias. Me apoyé sobre la barandilla y presté oído a las sombras de la noche. Ni un sonido. Hubiérase podido creer que mi barco era un planeta lanzado con vertiginosidad por su senda prefijada, a través de un espacio infinitamente silencioso."
Próximo sábado, 2 de abril de 2011 a las 22 horas, concierto de la Banda de Improvisadores de Barcelona y de la Big Bang Valona en la Sala Polivalente de Sant Pol de Mar. Un artículo sobre ello de Marc Egea: "La B.I.B. i les confluències musicals".
Formaciones:
Banda de Improvisadores de Barcelona. Olga Àbalos (saxo alto y flauta travesera), Eduard Altaba (contrabajo y bajo eléctrico), Frances Bartlett (violoncello), Javier Carmona (percusión), Juan Crek (voz y ruidos), Tom Chant (saxo soprano y clarinet bajo), Daniel Domínguez (batería), Marc Egea (zanfona), Javier García (contrabajo), Ignacio Lois (guitarra eléctrica y teclado), Pere Masafret (trombón), Alfonso Muñoz (saxo barítono), Pope (trompeta), Ramses (violín), Pablo Rega (conducción), Tino Regueira (guitarra eléctrica), John Williams (saxo barítono y trombón).
Big Bang Valona. Tarogato y dirección: Marc er Melenisha; clarinetes: Mireia Estol, Montse Hernàndez, Joan Sauleda, Míriam Soetekou; clarinete alto: Bertus Roig; saxo soprano: Ferran Armengol; saxo tenor: Jordi Armengol; saxo alto: Bibiana Puigdefàbregas; saxo barítono: Quico Llamas; trompetas: Fèlix Forster, Joan Puigdefàbrega; fiscorno: Willi Soetekou; trombón: Albert Fàbregas; bombardino: Francesc Malpesa; tuba: Francesc Cardenyes; claves: Roser Godino, Laura Texidó; maracas: Eva Sànchez; triángulo: Ricard Ibernon; pandereta: Isabel Llari; platos: Eva Fàbregas; cajas: Carles Llamas; tabla de lavar: Herbert Soetekou; bombo: Marta Rocafort; voces y ruidos: todo(a)s; rapsoda: Anna Maluquer.
No me s'ofenda, Mr. Torrance, pero lo que más me ha gustado de esta entrada es el mapa de colores (no es coña), la explicación gráfica de los mecanismos de autoregulación atmosférica.
ResponderEliminarAhora entiendo mejor qué debía suponer una tormenta en el Cabo de Hornos, para una 'nao' del siglo XVI.
Esto... la atmósfera, ¿hace sus solos de batería en los Doldrums? RZ
no, al contrario, Rafa. en inglés estar 'in the doldrums' es estar sin dar palo al agua (nunca más pertinente la expresión)
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