lunes, 24 de diciembre de 2012

Solo saxophone flight


El jueves pasado tuvo lugar la presentación del disco de Liba Villavecchia Saxophone Spirits. Es un disco especial y difícil, como lo son todos los de saxo sin acompañamiento. La presentación tuvo lugar en un sitio especial también, la sala polivalente de la biblioteca Vapor Vell. Una sala funcional y pequeña con una cristalera al fondo que nos mostraba la calle Joan Güell de Sants bañada con las luces navideñas. De alguna manera, el entorno, la geografía exterior se colaba dentro de lo que estábamos haciendo, aunque fuera como un diorama.

El propio Liba y el Director Wilkins, capo de la biblioteca, me habían pedido que hiciera una breve presentación en la que se hablara un poco de este formato, el saxo solo, y de su historia.
Para preparar algo, estuve mirando en algunos de los libros que tengo y por internet cosas que trataran específicamente sobre la improvisación de saxo en solitario. No encontré nada que me gustará, algo que ya me ha pasado otras veces a la hora de escribir sobre temas similares. Ojo, no quiero decir que no haya cosas de interés, y hasta buenas, sino que a mí no me apetecía hablar desde la perspectiva que me ofrecían. Mi perspectiva no sabía cuál era, pero en todo caso tenía más que ver con esas luces desenfocadas, un poco difuminadas, de la calle en la bella imagen de Joan que encabeza esta entrada.

De repente, di con un artículo de Bill Shoemaker publicado en junio del año 2000 en Jazztimes, que lleva por título "Solo Saxophone Flights". Bill Shoemaker es un periodista que siempre he admirado. Tengo la sensación de no perder el tiempo cuando leo algo suyo. Siempre ofrece ideas, y además está muy bien informado. Hace unos años, estuve en el festival lisboeta Jazz em Agosto. Dicho festival tiene lugar en la Fundación Gulbenkian, que está situada en un parque de la zona alta de la ciudad. Muy cerca de este parque hay un hotel (muy feo, por cierto) en el que se alojan los músicos, periodistas e invitados del festival. Bien, en esos días que pasé ahí, podía ver a Shoemaker hablando con uno, desayunando con otro, comiendo con el de más allá, siempre escuchando a sus interlocutores, y sin siquiera tener que apuntar nada. Casi casi como un periodista en zona de guerra, esperando en el hotel la llegada de noticias, o yendo al frente a buscarlas. Sabe lo que se trae entre manos. Pero lo mejor de todo es que cuando escribe apenas se nota ese esfuerzo. Él siempre trata de urdir algo que aporte una visión o una idea nuevas. Es más, creo que no debe escribir ni un texto hasta que no tiene una idea general que lo articule. Bueno, es una impresión.

Pero, vayamos a "Solo Saxophone Flights". El artículo no es muy largo y tiene una forma peculiar. Comienza con una introducción en la que dice que el solo o la improvisación de saxo sin acompañamiento supone un gran reto, tanto para el músico como para el oyente. Apunta algunos motivos al respecto y después repasa la breve historia de este formato en las primeras décadas del jazz, en las cuales sólo se registran un puñado de grabaciones (Hawkins, Rollins, Dolphy, y descubre algunas más oscuras de Gene Sedric y de Serge Chaloff.)
A continuación, comienza el grueso del artículo, que consiste en la edición de una serie de respuestas procedentes de distintas entrevistas que a lo largo de los años ha hecho a 4 saxofonistas bien distintos: Anthony Braxton, Steve Lacy, Jackie McLean y John Butcher. Dicha recopilación le sirve para apuntar dos grandes tendencias, o más bien dos modos posibles de aproximarse al formato. En uno, se conceptualiza la música en solo como un conducto entre el léxico improvisador del músico y un cuerpo de composiciones determinado (bien sean originales o standards). En la otra, se fusiona método y forma y, si no todas, sí buena parte de las decisiones concernientes tanto a la forma general  como a detalles específicos se toman en el momento. En la primera tendencia, estarían Braxton y Lacy; en la segunda, McLean y Butcher (todo y presentar éstos tantas diferencias de estilo y demás entre ellos.)
Naturalmente, lo que queda en suspensión, y que parece dejarlo un poco a la imaginación del lector, es toda la gama que podemos encontrar entre estas dos formas muy genéricas de plantearse las cosas.

Y respecto a lo que hizo Liba la otra tarde, decir que se le podría situar en la segunda tendencia, aunque acercándose unos grados hacia el centro, hacia la otra. (Hablaremos de su disco en breve.)

"Solo Saxophone Flights", muy recomendable.

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