sábado, 17 de diciembre de 2011

Enfermedades de salón y de campo en Europa

Una gripe violenta es lo más parecido a una abstinencia, o al menos eso se dice.
Lo cierto es que te priva de aquello que normalmente haces.

Una mañana. El aire pesa y todo parece estar húmedo y fuera de sitio.
Pensar en ver una película.
Ha de ser corta. Una duración excesiva produciría más malestar aún.

Nuit et bruillard (Noche y niebla, 1955), el documental de media hora que Alain Resnais realizó sobre los campos de exterminio nazis.
El texto es de Jean Cayrol.
La música de Hanns Eisler.
La fotografía es de Ghislain Cloquet y Sacha Vierny, dos de los grandes operadores franceses de posguerra.
Por ahí anduvo Chris Marker, buen amigo de Resnais.

El título proviene de un decreto llamado en alemán Nacht und Nebel, noche y niebla.
Se trataba de las «Directivas para la persecución de infracciones cometidas contra el Reich o las Fuerzas de Ocupación en los Territorios Ocupados».
Se le denominó «Decreto Nacht un Nebel».
Algo en verdad siniestro.
Lo marcaban en las espaldas de los detenidos: N N.

Hace como 15 años que no la veo.
El sombrío tema musical de Eisler sobre unos créditos en el preceptivo blanco sobre negro te deja listo para ver el contenido.
Lo que más sorprende es la ironía que destila el comentario de Cayrol asociado a los efectos de montaje que consigue Resnais.
Ahora creo que sería impensable.
También hay dureza, descripción quirúrgica de abominaciones, escalofrío y asco. E inexplicable extrañeza.
Como las palabras, la música de Eisler va transcurriendo. Hay un motivo melódico con el clarinete que aparece dos veces, y que en su desarrollo completo condensa todos estos estados de ánimo mediante sutiles inflexiones.
Un gran interrogante, que aún no nos hemos respondido: ¿quién fue responsable?

Entre muchos aficionados al cine, la serie de documentales que Resnais realizó en los años 50 son de lo mejor que ha dado este arte. Creo que me encuentro entre ellos.

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Lavabo, orina y mocosidad, y más agua...

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Un rato más tarde, pruebo con otro film corto.

Esta vez, algo que acabo de conseguir y que no había visto antes.
Se trata de la Introducción a la «Música de acompañamiento para una escena de película» de Arnold Schoenberg (Einleitung zu Arnold Schoenbergs Begleitmusik zu einer Lichtspielscene, 1972), de Jean-Marie Straub y Danièle Huillet y de 16 minutos de duración.
Brutal, también.

La "Música de acompañamiento para una escena de película, op. 34" es una composición para pequeña orquesta escrita en 1929. Llevaba escrita la siguiente indicación: «peligro amenazante, miedo, catástrofe».
La oímos entera.
Mientras, alguien lee unos extractos de dos cartas que Schoenberg remitió a Kandinsky los días 20 de abril de 1923 y 4 de mayo del mismo año, desde Mödling, Viena.
El motivo de la primera misiva era declinar la invitación que Kandinsky le había ofrecido de ir a Weimar y contribuir a la creación de un centro artístico-cultural totalmente nuevo y experimental, la Bauhaus.
El motivo de la segunda, responder más extensamente al artista ruso a quién la primera carta había trastornado.
En el film no se nos cuenta ni la procedencia y fecha de las cartas ni se distingue entre la primera y la segunda. Los extractos de ambas están fundidos aunque en continuidad. Straub-Huillet sólo necesitan las ideas que de ellas se desprenden.
No se trata de una pincelada histórica, como ajustadamente indica el título del film es una "introducción".

A Schoenberg le habían llegado noticias acerca de cierto antisemitismo en el seno del grupo y, en particular, del propio Kandinsky.

La primera carta es breve, genérica y fundamental. No se entra en muchos detalles.

(...) "Pues lo que me vi obligado a aprender durante este último año, lo he comprendido finalmente y nunca volveré a olvidarlo. Esto es, que no soy un alemán, un europeo, quizá apenas un ser humano (al menos los europeos prefieren a los peores de su raza antes que a mí), sino que soy judío." (...)

Ante el trastorno que esta primera carta produce en Kandinsky (trastorno al que se refiere Schoenberg al inicio de la siguiente carta), el músico le escribe una segunda carta mucho más larga, elocuente, llena de ejemplos y situaciones concretos y plausibles que, no obstante, escribe de un modo muy dramatizado y apremiante. Hay que pensar que es el año 1923 y todavía queda lejos la barbarie. Parece que Schoenberg ya haya visto el "huevo de la serpiente".

(...) "¡Esto es lo que esperaba yo de Kandinsky, aunque no he dicho aún la centésima parte de lo que la fantasía de un Kandinsky tiene que ponerle ante los ojos, si él debe ser mi Kandinsky! Porque no he dicho aún que, por ejemplo, cuando voy por la calle y soy observado por cada uno para ver si soy un judío o un cristiano, no puedo decirle a cada uno que yo soy ese que Kandinsky y algunos otros exceptúan mientras que, sin duda, el tal Hitler no es de esa opinión. Por lo cual hasta esta benevolencia no me serviría entonces de mucho, incluso si yo la escribiera, como los mendigos ciegos, en una tablilla y me pegara ésta al pecho, para que pueda leerla cada uno. ¿No le da que pensar esto a un Kandinsky?"

(...) "Todo judío revela por su nariz corva no sólo su propia culpa, sino también precisamente la de todos los «corvinasos» ausentes. Más si se reúnen cien criminales arios, por sus narices se podrá comprobar sólo su afición al alcohol, pero por lo demás se les tendrá por hombres honrados."

(...) "Sí, cualquiera puede criticarme a mis espaldas, allí hay mucho sitio. Pero si le oigo, entonces está expuesto a mi defensa a sangre y fuego."

(...) "¡Cómo un Kandinsky puede aprobar que se me insulte; cómo puede él participar en una política que quiere producir la posibilidad de excluirme de mi campo de acción natural; cómo puede él abstenerse de combatir una concepción del mundo cuyo objetivo son noches de San Bartolomé, en cuyas tinieblas no se podrá leer la tablilla que dice que estoy exceptuado!"

(...) "¿Pero adónde debe conducir el antisemitismo, sino a actos de violencia? ¿Es tan difícil imaginárselo?"

(...) "Olvidé que no tiene objetivo el polemizar, porque no seré escuchado en absoluto; porque no hay la menor voluntad de comprender, sino sólo ésta: no oír lo que dice el otro." (...)

Kandinsky y Schoenberg reanudaron su amistad.
Voy a transcribir un pie de página (242) del libro Modernidad de Peter Gray en el que comenta este hecho.

"El incidente nunca se ha aclarado. Quede dicho que quién informó a Schoenberg de las supuestas declaraciones antisemitas de Kandinsky fue Alma Mahler, persona amiga de los chismorreos que no gozaba de demasiado crédito. Kandinsky siempre se mostró asombrado ante semejante acusación y la negó con vehemencia."

Estos extractos de las cartas los he seleccionado yo a partir de la selección hecha por Straub-Huillet.
Dichas cartas provienen de Briefe, la selección que Erwin Stein publicó en 1958.
En España fue editado como Cartas por Ediciones Turner (1987). La traducción es de Ángel Fernando Mayo Antoñanzas.
El film de Straub-Huillet ha sido editado por Intermedio en el primero de los cofrets dedicados a estos cineastas.
Noche y niebla está editado por Filmax.

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