domingo, 31 de julio de 2011

Agapito, por Le Diablo Mariachi

Hay que recordar a esta gente. Seguramente a ellos, que son muy exigentes, todo aquello de Le Diablo Mariachi les parecerá ahora una astracanada. Surgieron desde l'Hospitalet de Llobregat a finales de los 90, en una época en la que en Barcelona y toda su área metropolitana no paraba de hablarse de mestizaje y demás zarandajas de esas. Pero, a pesar de su eclecticismo y mezcla estilística, eran mucho más que eso. Por ejemplo, eran lo más parecido, mejor dicho, lo único en plan Mr. Bungle que tuvimos por aquí. Porque, además de su desfachatez y de sus endemoniados sampleos, todos ellos eran buenos tocando, condición de posibilidad indispensable para emular a los californianos (por si algunos aún no se han enterado).

Podría haber elegido cualquiera de los 16 cortes del disco, pero ahí va "Agapito", de su segundo cd, Aloha (Zanfonia, 2001).



Aquí tienen la portada de Aloha...


... perdón, un error... es que el buscador...



... y aquí tienen a Le Diablo Mariachi...


... ¡joder!, me he vuelto a equivocar...


Vamos a transcribir la nota de prensa del disco Aloha que venía impresa en la contraportada del single de dicho álbum ("Brain" / "Vive le punk"):

"¡Ni zoofílicos ni filatélicos, si es lo que queréis saber!

Le Diablo Mariachi se redescubre a sí mismo en Aloha..., se reinventa para afrontar la presión que supone el haber vendido millones de discos en todo el planeta y parte del universo...

El cabaret, el circo y las viejas bandas sonoras se sofistican y convergen hacia un sonido más premeditado que sin titubeos viaja en todas direcciones en busca de la relevancia de lo irrevelante, de la ilógica de lo obvio, de lo imprescindible de lo prescindible, revolviendo cajones ajenos, saqueando baúles repletos de silencios olvidados, arrancando páginas de libros inacabados, pescando bemoles al azar, sin manual de instrucciones...

Las moscas de Fanatique Fantastique pilotan ahora una flota de platillos volantes capaces de detectar elefantes emllados, futbolistas anónimos, suicidas dicharacheros, vagabundos de vocación, vampiros que se pasan de listos, lobos sin estepa, virus visionarios y bebés golpistas.

En definitiva, un burdel visionario que no le hace ascos a nada.

ALOHA es el sorprendente nuevo trabajo discográfico de LE DIABLO MARIACHI."

Le Diablo Mariachi (1996-2003): Israel Sanz (voz), Miquel Simó (bajo), Pau Torres (guitarra, electrónica), Fernando Yuste o Félix González (batería), José Luis Redondo (guitarra), Agustí Martínez (saxos y clarinete).

Como ven, he tenido un domingo mucho más distendido.

PS.- me encanta eso de "suicidas dicharacheros". Les quedaba bien a esta gente.

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Ah, y una cosa que casi me pasa por alto. Su opción lingüística, para mí ejemplar. No sé por qué lo harían, pero siendo catalanes decidieron no cantar ni en catalán ni en castellano. Tampoco en inglés. Lo harían en francés. ¡Tócate los huevos!

¡Qué grandes, coño!

Para sacudirme los densos y severos pensamientos de ayer, nada mejor que Dead Kennedys...

D.H. Peligro (batería), Jello Biafra (voz), Klaus Flouride (bajo), East Bay Ray (guitarra)






"Holiday in Cambodia" y "Forward to death", en directo en el Elite Club de San Francisco, 20 de marzo de 1982.
De Mutiny on the Bay. Dead Kennedys live! from the San Francisco Bay Area (Decay Records, 2001).

sábado, 30 de julio de 2011

La futilidad, probablemente

Desde hace unas semanas tengo uno de esos aparatos que graba desde la televisión directamente a un disco duro. Está bien, pero también está mal. Está bien porque se pueden ir grabando cosas que a uno le apetece ver pero que por la razón que sea no puede hacerlo en ese momento. Está mal porque, las más de las veces, no son esas cosas imprescindibles. Al final, si se mira bien, no es más que otro entretenimiento antes no nos llegue la hora del traspaso. Nada importante en el fondo.

Con todo, siempre hay cosas pequeñas e inesperadas de las que uno puede sacar alguna idea interesante.

Además de algunas películas que quiero revisar o que no he visto, hay algunos programas que suelo grabar con bastante frecuencia (siempre que me interese el contenido). Uno de ellos es "El documental" que conduce Jordi Ambrós en el Canal 33 de la Televisió de Catalunya. Se trata de un espacio semanal que emite documentales producidos aquí o bien producciones extranjeras.

Últimamente he grabado varios. Esta mañana he visto el que emitieron ayer, un trabajo sobre el polémico escritor colombiano Fernando Vallejo titulado La desazón suprema: retrato incesante de Fernando Vallejo, una producción colombiana de 2003 realizada por Luis Ospina. Vallejo estudio cine, entre otras cosas, y llegó a dirigir algunas cintas que hoy son difíciles de ver. La mayoría de la gente tal vez conocerá La virgen de los sicarios, el film que Barbet Schroeder dirigió en el año 2000 a partir de la novela homónima de Vallejo y con guión del propio escritor.

No conozco ninguna de las películas de Vallejo, ni siquiera La virgen..., pero en un momento del documental dice algo que me llamó la atención. Dice sentirse un tanto decepcionado del cine, al que sitúa por debajo de la literatura. No le gusta su artificiosidad, que enfrenta a la verdad más inmediata y natural de la palabra. Sin decirlo abiertamente, me parece que lo ve como un ejercicio de futilidad (o, al menos, que en eso se ha convertido).

Hoy también, pero por la tarde, he visto otra emisión de "El documental" que grabé hará un mes. Se trata de otro trabajo relacionado con el cine, Andrzej Wajda: ¡acción!, una cinta polaca de 2008 que retrata al octagenario director polaco Andrzej Wajda durante el rodaje de su penúltima película, la producción histórica Katyn (2007), que narra el luctuoso episodio de la masacre de Katyn en 1940, el asesinato a manos de los soviéticos de miles de oficiales y ciudadanos polacos en el bosque de Katyn, en la región rusa de Smolensk.

Wajda nunca ha sido santo de mi devoción. Me gustan sus primeras películas, algunas de ellas mucho: la trilogía formada por Generación, Kanal y Cenizas y diamantes, Los inocentes encantadores (esta última con guión de Jerzy Andrzejewski y Jerzy Skolimowski, música del gran Krzysztof Komeda, y un pequeño papel interpretado por Roman Polanski)... En cambio, sus películas posteriores a 1970 -las que he visto, claro- nunca me interesaron demasiado. Aunque temáticamente muchas de ellas me parecían atractivas a priori, después viéndolas sentía que todo se desmoronaba. Era una cuestión de estética, de la visión que Wajda había ido adquiriendo de su trabajo con los años.

Sea lo que sea, viendo el documental sobre el rodaje de Katyn hubo algunos detalles que me hicieron pensar en aquella sensación, o mejor convicción que Vallejo tenía del cine. Por ejemplo, un par de cosas típicas en las producciones de época. Dos figurantes están en medio de una calle. Un atrezzista les lleva unas bolsas de tela y les dice que han de cambiarlas por las carteras que sostienen, ya que a finales de los años 30 y principios de los 40 no había. Fuera de campo, alguien le grita que no, que deje las carteras, que ya están bien. Inmediatamente después, se les acerca a esos dos mismos extras una figurinista que les pide que si no tienen demasiado frío (imaginen, rodaje en invierno y en Polonia) se saquen los guantes y los metan en los bolsillos de sus abrigos, de modo que sobresalgan un poco. La figurinista se retira y, de nuevo, otra voz en off -tal vez la misma- les ordena que vuelvan a ponerse los guantes.

También se nota la preocupación por cómo se arreglan los lugares. Cómo cae la nieve. Cómo de mojado está el viejo empedrado de la calzada. El color más vivo de una furgoneta. En todos los casos, hay como una ansiedad en el cineasta por reflejar exactamente lo que ha visualizado sobre el guión, y eso revela, a mi juicio, una falta de conciencia acerca de las limitaciones del propio medio. En todos esos momentos Wajda tiene cosas que decir. Cuenta una anécdota sobre Visconti. Dice que Visconti obligaba a que la ropa que debían llevar los actores, incluso aquella que no quedaba a la vista, debía estar bien plegada antes de que se la pusieran. ¿Qué perseguía? La disciplina, dice.

Hay otros instantes en los que los problemas se dan con los actores. Con una niña actriz, por ejemplo, que declama el texto de un modo que le produce al viejo cineasta dolor de estómago. Tras varias tomas, Wajda, curiosamente, llama a la actriz principal, Maja Ostaszewska, que tiene la escena con la niña para decirle que es lo que quiere de la niña. Más tarde, en otra escena, la niña debe llamar a su padre al que se llevan en un tren. No lo hace bien. Esta vez Wajda sí habla con la niña para decirle que debe chillar, si no su padre no la oirá.

En otro momento, Wajda se precipita al dar motor creyendo que Maja Ostaszewska ya está preparada para rodar, cuando lo que está haciendo es un ensayo mecánico. Se interrumpe la toma de inmediato y Wajda dice, irónico, "siempre hay que saber cuando están listos los actores".

Hacia el final del film, hay una breve reflexión en off de Wajda sobre los actores y la dirección de actores. Le parece que hay que hablar poco con los actores. No decirles cómo deben hacer su trabajo. Dejar que lo desarrollen a su libre albedrío. Casi al hilo de esto, Wajda se lamenta de tener que emplear la palabra para explicar a los otros lo que quiere. No como los directores de orquesta, que emplean una serie de códigos para indicar cómo quieren la interpretación.

Recordé entonces algunas cosas que me habían dicho o había leído sobre la dirección musical, y que ésta mejora sensiblemente si se repite y se repite una y otra vez, ya que los signos por si solos no indican nada preciso.

Obviamente, no es bueno interceder en el sentimiento. Cada uno ha de vivirlo y expresarlo a su modo y eso es lo que hay que perseguir pues se notará en el resultado final. Pero, ¿no puede la palabra ayudar a situarnos? ¿Acaso no puede establecer el cromatismo de los sentimientos?

domingo, 24 de julio de 2011

Sólo hay un paso del saxofón al cuchillo

Esta pasada semana, los del History Channel (un canal más bien casposo y que me da cierta tirria) dedicaron un día al "mundo del jazz", o algo así, y lo hicieron proyectando un par de documentales. Uno de ellos era To Russia with Jazz - Benny Goodman in the USSR (A Rusia con jazz), una producción alemana de 2010 dirigida por Konstanze Burkard, que trataba de la gira que la orquesta de Benny Goodman realizó por varias ciudades (Moscú, Sochi, Taskent, Tiflis, Leningrado y Kiev) de la vieja Unión Soviética entre finales de la primavera y principios del verano de 1962. Dicha gira tuvo lugar en el marco de unos acuerdos de intercambio cultural que habían firmado unos años antes los gobiernos de Jrushchov y Eisenhower, dentro de aquello que se denominó deshielo (el mandatario ruso lo llamaba "coexistencia pacífica"). Sin embargo, la situación se volvería a congelar en seguida, a raíz del incidente del avión espía norteamericano U2 sobrevolando la URSS en mayo de 1960. No obstante esto, los acuerdos de intercambio siguieron adelante y después de que los soviéticos deshecharan a las orquestas de Louis Armstrong y Duke Ellington viajaría finalmente la de Goodman en mayo de 1962, ya con Kennedy de presidente.

El documental en sí no es gran cosa. Se nos cuentan las impresiones que dejó dicha gira en los músicos así como el impacto que tuvo en los aficionados soviéticos al jazz y, cómo no, las consabidas absurdidades de los burócratas del partido, siempre dispuestos a evitar que sus invitados tuvieran contacto con la población. Pero todo esto se nos presenta de un modo más bien convencional, previsible. Lo más destacado son las imágenes en súper 8 que grabaron algunos de los músicos, entrañables films amateurs a los que, no obstante, no se les saca ningún provecho, quedando todas esas imágenes en algo puramente anecdótico.

Portada del disco de RCA que recoge la primera actuación de la orquesta
en el Palacio de Deportes del Ejercito Soviético, el 27 de mayo de 1962.

En uno de los paseos que los músicos hicieron por la ciudad de Moscú, que fue origen y final de la mini gira, Benny Goodman sacó su clarinete en la plaza Roja e improvisó mientras había el cambio de guardia de los soldados que custodian el Kremlin. Se armó cierto revuelo, pues los moscovitas no estaban acostumbrados a toparse con músicos callejeros y menos aún si tocaban jazz. Lo bonito de la portada de este disco es que ilustra ese momento que alguno de los músicos de la banda inmortalizó con su cámara.

Aparte de esto, en un documental en el que se entrevista a muchas personas (músicos de la banda de Goodman, promotores, aficionados al jazz soviéticos, etc.) siempre queda alguna perla dicha por uno u otro. En este caso vamos a quedarnos con un dicho que se comentaba en los círculos represores de la URSS, y que recuerda el historiador del jazz Vladimir Feyertag:

"Sólo hay un paso del saxofón al cuchillo."

No quiero ni pensar cómo de armados hubieran venido los policías a hacer una redada el día de la actuación de Sin Anestesia (recuerden, ¡10 saxofones 10!).

domingo, 17 de julio de 2011

Systems of Conduction: Agustí Fernández dirigiendo a Tarannà + Cobla

El pasado 1 de abril, la formación Tarannà + Cobla presentó en el CAT de Barcelona su disco Oda al folklore. Para esa ocasión, y como está pensado que así sea en los directos de dicha banda, les acompañó Agustí Fernández en funciones de director de una improvisación. Aquel día ibamos muy mal de memoria (nos referimos a la tarjeta SD, claro) así que no pudimos registrar más que esta parte, y no entera (faltan los segundos finales).

La formación en este tema fue la siguiente: Marc Egea (zanfona), Oriol Oller (tible), Albert Cirera (tenora), Sisu Coromina (saxo alto), Sergi Rovira (saxo tenor), Lluís Vallès (saxo barítono), Natsuko Sugao (trompeta), Ruth Barberán (trompeta), Pere Masafret (trombón), Pere Bono (bombardino), Esteve Dalmau (guitarra eléctrica), Jordi Sánchez (contrabajo), David Sitges Sardà (batería) y Agustí Fernández (dirección).

viernes, 15 de julio de 2011

Dos piezas para saxos de la orquesta de Stan Kenton

Como al parecer nuestros amigos de Sin Anestesia (los 10 saxofonistas) van a seguir haciendo cosillas por ahí, pensamos en ellos aunque no queramos. (No lo podemos evitar, de alguna manera seguimos trabajando para ellos aunque sea sólo como docu/mentalista).

Lo explicamos.

Estamos leyendo la autobiografía de Art Pepper, Una vida ejemplar, que acaba de publicar ¡por fin! la editorial Global Rhythm. Es un libro extraordinario. Pero, no como biografía de un músico (que es un sub género que no apreciamos demasiado) sino como pura literatura. Unas memorias narradas a la que fue su última mujer, Laurie, y que ella luego supo ordenar con muy buen criterio. Junto a los recuerdos de Art hay pequeñas entrevistas con familiares, amigos y colegas, y una buena selección de artículos de cada época, que se van interponiendo en el impetuoso relato vital del saxofonista.

Todo ello conforma un libro vibrante, entretenido y revelador que no sólo nos cuenta las vicisitudes de los músicos de jazz sino también cosas sobre esa ciudad única que es Los Angeles, sobre la heroína y todo lo que conlleva, sobre el sexo, sobre la amistad... También sobre las controvertidas ideas políticas del autor, que no obstante expresa con franqueza y sinceridad.

En resumen, se trata de un libro que como estoy comprobando tenía merecida buena fama y que nadie había editado aún en castellano.

Naturalmente, mientras lo leo (con mucha calma) voy poniéndome cosas que tengo por ahí de Pepper. Pocas, solamente para ver cómo sonaba en cada época. Como una de las primeras orquestas en las que tocó profesionalmente y con la que hizo unas cuantas grabaciones fue la de Stan Kenton, pues he estado oyendo cosas de esta orquesta. Y, escuchando escuchando y liándome al final con Kenton, encontré dos piezas en las que no está Pepper pero que me han hecho pensar en los amigos de Sin Anestesia.

Vamos a ello.


La primera es una grabación hecha en Los Angeles el 1 de noviembre de 1940. Escrita por Kenton, en su momento no llegó a ser publicada (sí años más tarde, cuando Kenton ya era famoso). Se trata de una de las primeras grabaciones de la orquesta, que se formó en 1939. Se titula "Etude for saxophones". La formación es: Stan Kenton (piano, dirección), Jack Ordena, Al Harding (saxos alto), Maurice Beeson, Red Dorris (saxos tenor), Bob Gioga, Bob Snell (saxos barítono), Ralph Leslie (guitarra), Buddy Hayes (contrabajo) y Chauncey Farre (batería).
[La pueden encontrar en el cd de la serie cronológica Classics 848 dedicado a Stan Kenton and His Orchestra 1940-1944.]




La segunda pieza que vamos a poner se grabó en los estudios Capitol de Hollywwod el 28 de mayo de 1953. Se titula "Some saxophones", fue escrita por Bob Graettinger, y forma parte de la serie de piezas que éste compuso para la orquesta de Kenton y que llevaba el nombre de "This Modern World" (como ya había hecho antes con la más conocida "City of Glass"). En ella sólo tocan saxofonistas: Bud Shank y Herb Geller (altos), Bob Cooper y Bart Caldarell (tenores), y John Rotella (barítono).
[Pueden encontrar el tema en el cd de Capitol Jazz Stan Kenton plays Bob Graettinger. City of Glass.]




Es curioso ver cómo evolucionan las cosas y los intereses en poco más de diez años.
De esta última pieza, "Some saxophones", Max Harrison dice en las notas del cd que es un estudio de la tonalidad y el color. En relación a otras piezas de la serie "This Modern World", dice que es menos ansiosa y más sensual.
En "Some saxophones" ya puede apreciarse como en esos años el jazz estaba siendo impregnado por la música clásica de vanguardia (recordemos que por aquellos años Stravinski o Schönberg, entre otros, vivían, trabajaban e impartían clases en Los Angeles).
Por su parte, "Etude for saxophones" está aún muy sujeta a los esquemas del swing pero, el hecho de que Kenton parece haber empleado como modelo al Ellington más sugerente, al creador de moods inigualables, la encara hacia otro lugar.
A pesar de las diferencias formales, en la primera pieza creemos que ya se detecta, con las lógicas limitaciones, ese interés por el timbre y el tono que aportan los distintos saxos.

A Kenton se le ha criticado mucho, hasta ridiculizarlo. Y si bien es cierto que a partir de un cierto momento de su carrera se lo ganó a pulso, también lo es que en sus inicios fue un artista inquieto y que supo llevar adelante algunos experimentos con su orquesta (como estos con Graettinger) que a la postre serían importantes. Quizá siempre pecó de un exceso de ampulosidad, de aparatosidad, pero creemos que su trabajo era honrado.

lunes, 11 de julio de 2011

Guitarrowing: Bill Frisell

Ya había aparecido Frisell en una entrada anterior de esta serie (concretamente, acompañando a Dylan Carlson en un tema de Earth), pero aún no le habiamos dedicado una a él solito, lo que a todas luces es imperdonable.

Pues ahí va "Ron Carter", un tema del propio guitarrista proveniente del disco Blues Dream (2001), en una grabación en directo en Montreal, en 2002. Acompañaron a Frisell, Ron Miles (trompeta), Curtis Fowlkes (trombón), Billy Drewes (saxo alto), Greg Leisz (guitarra), David Piltch (bajo) y Matt Chamberlain (batería).



Nótese la calma, el tempo del que todo el tema está impregnado. No me extraña que a Carlson le guste Frisell, y que a Frisell le guste colaborar con Carlson.
Da también que pensar la relación entre la atmósfera tranquila del tema y la personalidad del contrabajista Ron Carter, a quien va dedicado el tema, y que al parecer era todo un quiet man. Tiene también un aire a jazz-rock original, del que Carter, a través de sus colaboraciones con Miles, fue un protagonista destacado. No obstante, aquí es todo mucho más relajado. Como si la imagen se hubiera ampliado muchísimo y se hubiera perdido tejido (nervioso).

Por otra parte, la portada del disco Blues Dream bien prodría ser de uno de Earth. O al menos eso me parece.

domingo, 10 de julio de 2011

Sin Anestesia en Caminart pel Carmel: marchando

Tras la irrupción de la pequeña sección de la Always Drinking Marching Band (Jorge Sanjuas, trompeta; Isidre Palmada, trombón; Carles Estruc 'Tubi', tuba; Santi Manresa, caja), todo el desfile de músicos comienza a recorrer el itinerario de Caminart pel Carmel hasta el final.
La música resultante: un blended de ritmos funk y de gorjeos y graznidos libres.
Se pretendía una sensación de batalla entre las partes, pero creo que no se consiguió.

Desde Feijoo/Murtra, por Segimon, Calderón, y hasta Alcalde de Zalamea



Calle y pasaje Alcalde de Zalamea



youtube.com/watch?v=7CSWPSskZh8

Desde el pasaje, por Conca de Tremp, Arbós, Lluís Maria Vidal y hasta la plaza de Santa Otilia



Plaza San Otilia



Y de la plaza, por rambla del Carmel, hasta el depósito final en el Espai Jove Boca Nord



Se terminó tarde y con mucho cansancio.

Sin Anestesia en Caminart pel Carmel: una pieza

La intervención del decteto de saxos Sin Anestesia en Caminart pel Carmel se inició pasadas las 20 horas en la confluencia de las calles Feijoo y Murtra.
El espacio estaba vacío. Los saxofonistas se hallaban desperdigados en portales, garajes, balcones y escaleras de los alrededores.
Poco a poco se iban acercando al círculo central emitiendo ruidos y bramidos.
Con todos allí, excepto los dos soprano, se inició la ejecución de la pieza "Encrucijada / Metadoloris".
El sonido agudo de los dos soprano se escuchaba a lado y lado, desde un balcón y desde lo alto de una escalinata.
Huelga decir que el efecto sonoro, muy sugestivo, es imposible de plasmar a menos que se haya registrado con varios micros.
La pieza se interpretó más o menos como estaba previsto.
La irrupción de una pequeña marching band (trompeta, trombón, tuba y caja), con una breve lucha consiguiente, daba por finalizado este primer tramo temporal de la intervención.



Y un enlace a un corto fleco final: youtube.com/watch?v=RSwX2c4PbIo.

Saxos soprano: Xavier Díaz Herrera, Tom Chant.
Saxos alto: Agustí Martínez, Liba Villavecchia, El Pricto.
Saxos tenor: Albert Cirera, Pep Pascual.
Saxos barítono: Don Malfon, Lluís Vallès.
Saxo bajo: Ferran Besalduch.
Composición y dirección: El Pricto.

A continuación, las partituras para cada instrumento de la composición "Metadoloris".



















© partituras, El Pricto, 2011.

Sin Anestesia en Caminart pel Carmel: preparativos





jueves, 7 de julio de 2011

Sin Anestesia golpea de nuevo

Este sábado, a las 8 de la tarde y en la confluencia de las calles Murtra y Feijoo, en el barrio de El Carmel, tendrá lugar una intervención sonora del decteto Sin Anestesia, que lleva el nombre de "Encrucijada / ¡Paren ya!". Será dentro del Caminart pel Carmel y, más o menos, consistirá en esto:

“Encrucijada / ¡Paren ya!” es una obra compuesta especialmente para ser interpretada en el espacio público propuesto en esta edición del festival. Sin Anestesia ha creado un entramado sonoro que rodeará de forma panorámica a los espectadores que pasen por el cruce de las calles y las escaleras de Feijoo y Murtra, con la interpretación de 10 saxofones y un director.

¡Paren ya! es una pieza/performance que está basada en la actual situación musical de Barcelona y las vicisitudes por las que han de pasar los músicos para dar a conocer su arte en esta ciudad.


Los clientes del hotel conocen Sin Anestesia de sobras pero, por si acaso, les recordaremos quienes son: Ferran Besalduch, Xavier Díaz Herrera, Tom Chant, Albert Cirera, Don Malfon, Agustí Martínez, Pep Pascual, El Pricto, Lluís Vallès y Liba Villavecchia. En principio, todos tocarán el saxo, y El Pricto dirigirá su pieza "Encrucijada".

Por cierto, pueden oírla en una versión que el pasado junio registraron todos ellos en el estudio de El Pricto. Dicho tema más otras improvisaciones dirigidas forman parte de Intervención mecánica, que ya está disponible en la netlabel Discordian.

Vamos a insertar esa primera pieza, "Encrucijada/Metadoloris"



Ya hablaremos detenidamente de estas grabaciones, porque tienen muy buenas cosas. La pieza que hemos puesto es fabulosa, con su cadencia enfermiza, pero, por ejemplo, la siguiente, "Bramado abisal", que es una improvisación en cuarteto de saxos bajo y barítonos, no le va a la zaga.

Así que volveremos a ellos con calma.

miércoles, 6 de julio de 2011

¿Hipotálamo?

Hace un par de días vi el documental Enron: los tipos que estafaron a América (2005), de Alex Gibney. Ya saben, aquel espectacular caso de bancarrota que hubo poco antes de lo de Lehman Brothers, las subprimes y todo el follón en el que ahora estamos metidos; casi como una premonición macabra de esta debacle capitalista.

En el film, más que un documental un buen reportaje periodístico, hay una anécdota que me llamó la atención. Se cuenta que el director financiero de la firma, Andrew Fastow, creó un montón de compañías para mantener las acciones de Enron al alza, difuminando en estas empresas la deuda real de la corporación. Muchas de estas compañías tenían nombres exóticos que a él mismo se le ocurrían. Por ejemplo: Jedi, Chewlo, Raptors, Sonar GP, Big River LP...

Una anécdota parecida se cuenta sobre las temibles opciones de arbitraje que los operadores de Enron infligieron cuando la crisis eléctrica de California en el 2000 y 2001. Una crisis que provocaron los operadores de Enron cuando estos decidían cortar la red eléctrica y así especular con la energía. Estas prácticas inmorales enfrentaron a la compañía con el gobierno del Estado de California, que no encontró apoyo en la Casa Blanca (era Bush Jr. el presidente, que además era amigo del presidente de Enron) a pesar de que la ley estaba de su parte. Bien, pues esas "opciones de arbitraje", que no eran otra cosa que una oprortunidad puntual de elevar el valor de la electricidad para así ganar más dinero, también eran bautizadas por aquellos operadores con nombres como Death Star o Ricochet.

Como podrán apreciar, hay un trasfondo hollywoodiense en el inconsciente de estos tiburones.

Mucho más cerca, en Madrid, leo que José Luis Rodríguez Neri, presidente de la Sociedad Digital de Autores (SDAE), la filial digital de la SGAE, y que hoy se halla en el ojo del huracán del escándalo que acaba de estallar, también se entretenía en bautizar sus empresas "fantasma" con pintorescos y pretenciosos nombres, como Luna Negra, Micromega, Imago Mundi o Hipotálamo.

Los tres primeros nombres puedo llegar a entenderlos, pero, ¿Hipotálamo? Lo que me pregunto es, ¿en qué debería estar pensando Rodríguez Neri cuando se le ocurrió llamar hipotálamo a una de sus empresas? Me parece todo un enigma.

sábado, 2 de julio de 2011

Apkallu


Apkallu es uno de los trabajos que El Pricto presenta dentro de su netlabel Discordian Records. Se trata de un cuarteto que improvisa sobre una príctica y secreta progresión de acordes.

La instrumentación es curiosa: saxo alto (El Pricto), clarinete bajo (Luiz Espiga), trombón (Pere Masafret), y batería y percusión (Vasco Trilla). Una combinación equilibrada de timbres y tesituras. No se necesita más. El interplay entre ellos y, suponemos, esas criptoprícticas indicaciones acaban de redondear la cosa.

Es curioso porque la música de Apkallu nos hace pensar, en ciertos aspectos, en aquellas sesiones de principios de los 60 en que la new thing estaba arrancando y aún no había corroído casi todos los esquemas y estructuras, al tiempo que alternaba con algunos de los preceptos del third stream (sobre todo las cosas relacionadas con formaciones camerísticas).

Como adelanto antes de que vayan la página en la que esta alojada la grabación, aqui va el cuarto corte, "En-me-galanna", un tema tenso y con una buena carga de violencia soterrada.



Y si quieren saber más sobre Discordian Records y sobre la filosofía discordiana, aquí encontrarán diversos enlaces.

Marc Egea y Don Simon y Telefunken en el funeral del Festival Surpas

Unos pocos momentos de ese último día del Festival Surpas.
La verdad es que sonó muy mal todo aquella tarde en La Fontana de Gràcia, lo que se nota en los dos clips de los tarraconenses Don Simon y Telefunken. (Podemos decir tranquilamente que el técnico era malo con avaricia).
Estos tres fragmentos es lo único recuperable de lo poco que hicimos.

Marc Egea, con una despedida especial



Don Simon y Telefunken, y su sonido de plexiglás (que aún y todo nos resulta la mar de inquietante)