El documental en sí no es gran cosa. Se nos cuentan las impresiones que dejó dicha gira en los músicos así como el impacto que tuvo en los aficionados soviéticos al jazz y, cómo no, las consabidas absurdidades de los burócratas del partido, siempre dispuestos a evitar que sus invitados tuvieran contacto con la población. Pero todo esto se nos presenta de un modo más bien convencional, previsible. Lo más destacado son las imágenes en súper 8 que grabaron algunos de los músicos, entrañables films amateurs a los que, no obstante, no se les saca ningún provecho, quedando todas esas imágenes en algo puramente anecdótico.
Portada del disco de RCA que recoge la primera actuación de la orquesta
en el Palacio de Deportes del Ejercito Soviético, el 27 de mayo de 1962.
en el Palacio de Deportes del Ejercito Soviético, el 27 de mayo de 1962.
En uno de los paseos que los músicos hicieron por la ciudad de Moscú, que fue origen y final de la mini gira, Benny Goodman sacó su clarinete en la plaza Roja e improvisó mientras había el cambio de guardia de los soldados que custodian el Kremlin. Se armó cierto revuelo, pues los moscovitas no estaban acostumbrados a toparse con músicos callejeros y menos aún si tocaban jazz. Lo bonito de la portada de este disco es que ilustra ese momento que alguno de los músicos de la banda inmortalizó con su cámara.
Aparte de esto, en un documental en el que se entrevista a muchas personas (músicos de la banda de Goodman, promotores, aficionados al jazz soviéticos, etc.) siempre queda alguna perla dicha por uno u otro. En este caso vamos a quedarnos con un dicho que se comentaba en los círculos represores de la URSS, y que recuerda el historiador del jazz Vladimir Feyertag:
"Sólo hay un paso del saxofón al cuchillo."
No quiero ni pensar cómo de armados hubieran venido los policías a hacer una redada el día de la actuación de Sin Anestesia (recuerden, ¡10 saxofones 10!).
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