viernes, 3 de septiembre de 2010

Órganos de tubos

Denle al reproductor.



Una mañana, en Praga, bastante pronto para lo que suele ser el horario familiar veraniego, nos dirigíamos a la Staromĕstské námĕstí, en Staré Mĕsto (es la plaza del Ayuntamiento de la Ciudad Vieja). Nos hallábamos cerca de allí cuando dije de parar en la iglesia de San Jaime (Malá Štupartská 6, Staré Mĕsto). Había leído que el sonido de su órgano de tubos era especialmente bueno. Se trata de una iglesia gótica del s. XIV con un ábside muy largo. La fachada, obviamente, fue remozada en un estilo barroco en el s. XVIII –aunque, esta vez, discretamente dentro de lo que cabe, todo hay que decirlo.

Una vez dentro, cual fue nuestra sorpresa al oir que alguien estaba tocando el órgano. La iglesia estaba prácticamente vacía. Eran las 10 y poco. Había leído que se hacían conciertos gratuitos (costumbre que no se prodiga en las iglesias de Praga que los ofrecen) los domingos, pero ese día era martes. Nos quedamos sentados, escuchando. Detrás nuestro, una pareja también. Reconocí alguna pieza de Bach, pero más bien parecía un estudiante practicando, pues algunos fragmentos se interrumpían. Con todo, nos quedamos unos 15 minutos a escuchar. Fue como tocar el cielo. Una ascensión. Salimos relajados, revitalizados. Los miembros ya no nos pesaban.

A continuación, cuatro imágenes de San Jaime, el exterior, el interior, dos del órgano (observad en la segunda de ellas, el plano más corto, la luz que hay a la derecha que era la que iluminaba a quien fuera que estuviera tocando), y una fotografía del organista y profesor checo Jiří Ropek que había en un panel dentro de la iglesia.






No fueron las primeras fotos que hicimos de un órgano de tubos. Unos días antes, en la imponente iglesia barroca de San Nicolás (Malostranská námĕstí 38), en la Malá Strana, habíamos tomado imágenes de los órganos que alberga. Terminado en 1755, este edifificio es una de las joyas del barroco europeo. En su techo puede contemplarse un espectacular fresco que se funde con la arquitectura gracias a un ingenioso trampantojo.

Su órgano de 2500 tubos data de 1746. En 1787, el propio Mozart tocó en él. Y también en él, y dentro de la iglesia, se interpretaron postumamente fragmentos de su inacabado Réquiem con motivo de una misa celebrada el 10 de diciembre de 1791 por el fallecimiento del músico austriaco. Además de este suntuoso órgano, nuestra sorpresa fue descubrir que había dos más. En la parte izquierda de la galería superior, sobre la capilla de San Miguel, había un órgano manual doble mucho más pequeño, con un secreto de dimensiones abarcables. Abajo, en la nave, a la derecha del presbiterio, aún había otro órgano portátil.

Iglesia de San Nicolás, situada en una manzana en medio de la plaza: exterior, interior y carteles anunciadores de conciertos que tienen lugar en ella.




A continuación, el gran órgano,



el mediano,



y el "portátil" de San Nicolás, en Malá Strana.



Un día antes, en la Catedral de San Vito, que está situada dentro del Castillo de Praga, habíamos podido contemplar su órgano de 6500 tubos.





Y, justo enfrente, al otro lado del tercer patio del Castillo de Praga, este pequeño órgano de la Capilla de Todos los Santos, anexa al alucinante Salón Vladislav del Antiguo Palacio Real (estancia en la que se celebraban torneos y a la que los caballeros llegaban montados a caballo subiendo unas grandes escaleras que ya no existen).




Y, para finalizar, la iglesia de San Gil (Husova esquina con Zlatá), en Staré Mĕsto, a la que calificaría de un poquito más comercial. Tiene un órgano de tubos también y se realizan muchos conciertos (de pago) en ella, que anuncian inundando la ciudad de propaganda (hoteles incluidos). Como había oficio, el capellán nos dijo que no hiciéramos más fotos.



Y antes de despedirnos, dos imágenes de dos iglesias que no pudimos visitar pero en las que también hay órganos. La primera, la magnífica iglesia de Nuestra Señora delante de Týn, enclavada entre la Staromĕstské námĕstí y la Týnský Dvůr, en Staré Mĕsto, y cuya entrada queda en un pasaje en la parte posterior de los dos edificios que obstruyen parcialmente su visión. No se abre para turistas (y hacen bien). La otra, que estaba cerrada, es la pequeña iglesia de la Asunción de la Virgen María, situada dentro del Monasterio de Strahov, en Hradčany (el barrio del Castillo). Al parecer, su órgano también lo tocó Mozart.



Al final de Hangmen Also Die!, en la muerte en la calle del indeseable Emil Czaka, éste cae cerca de una iglesia abierta, de la que emana luz y un sonido de órgano. Malherido, Czaka se levanta y trata de acercarse a la puerta, pero muere antes de llegar a entrar.



Praga, una ciudad llena de órganos de tubos.

Fotos de D. Torrance.

Mark Charig (corneta) y Keith Tippett (órgano), un extracto del tema "Bellaphon", del disco Pipedream (Ogun Records, 1977), reeditado este mismo año.

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