jueves, 19 de agosto de 2010

Gideon Klein

Dentro del cúmulo de catástrofes que comportó el nazismo, hubo una relacionada con la música y con Chequia. Un puñado de talentosos músicos checos de origen judío fueron recluidos en campos de concentración de los que ninguno de ellos salió con vida. La barbarie desposeía de una parte de su futuro a la música de un país, condenándola a un amargo porvenir. Erwin Schulhoff (1894-1942) moría de tuberculosis en el campo de concentración de Würzburg, en el norte de Baviera, Egon Ledeč (1889-1944), Viktor Ullmann (1898-1944), Pavel Haas (1899-1944) y Hans Krása (1899-1944) acabaron sus días en Auschwitz, Polonia, alguno de ellos gaseado, mientras que Gideon Klein (1919-1945) moriría en circunstancias aún no aclaradas en el campo de trabajo de Fürstengrube, Silesia.

Ledeč, Ullmann, Haas, Krása y Klein fueron internados en un primer momento en el gueto de Terezín, al noroeste de Praga. En 1944 fueron deportados a Auschwitz. El caso de Klein es especialmente trágico debido a su juventud, tenía sólo 25 años. Klein, sin duda, hubiera sido uno de los grandes compositores ya no checos sino mundiales. Probablemente hubiera acabado en Estados Unidos, o no. Había estudiado con Alois Hába, el maestro de la microtonalidad, poco antes de ser detenido en 1941.


A continuación, el tercer movimiento (Molto vivace) de su dramático “Trío para violín, viola y cello” (también conocido como “Trío de cuerda”) de 1944. Lo escribió estando internado -en Terezín-, como ocurrió con Olivier Messiaen y su "Quatuor pour la fin du temps".



Y hoy me voy a Praga…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.